Resumen

La IX Cumbre de las Américas resultó como un fracaso importante para los Estados Unidos de América. Mientras que para América Latina y el Caribe esta cumbre significó un triunfo significativo. Los gobiernos de la región, liderados por los gobiernos progresistas, se unificaron ante la exclusión estadounidense de los países de Cuba, Venezuela y Nicaragua en la IX Cumbre de las Américas. La unidad lograda por los gobiernos de la región impidió que la potencia del norte impusiera su agenda a nivel continental y regional.

Abstract

The IX Summit of the Americas turned out to be a major failure for the United States of America. While for Latin America and the Caribbean this summit meant a significant triumph. The governments of the region, led by progressive governments, were unified in the face of the US exclusion of the countries of Cuba, Venezuela and Nicaragua at the IX Summit of the Americas. The unity achieved by the governments of the region prevented the northern power from imposing its agenda at the continental and regional levels.

Palabras clave:
    • Cumbre de las Américas;
    • CELAC;
    • América Latina y el Caribe;
    • panamericanismo;
    • latinoamericanismo;
    • geopolítica regional y continental.
Keywords:
    • Summit of the Americas;
    • CELAC;
    • Latin America and the Caribbean;
    • Pan-Americanism;
    • Latin Americanism;
    • regional and continental geopolitics.

Introducción

La IX Cumbre de las Américas fue la novena edición del evento que reúne a los jefes de Estado y Gobierno de las Américas para debatir sobre aspectos políticos y económicos, “afirmar valores comunes” (Cumbre de las Américas, 2022, párr. 1), y comprometerse, de manera nacional, regional y continental, en acciones para enfrentar los desafíos que se presentan en los países de las Américas. Fue celebrada del 06 al 10 de junio del año en curso en Los Ángeles, California, la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, el puerto más activo del hemisferio occidental, la ciudad que alberga la mayor comunidad hispana/latina en el país y también el tercer cuerpo consular más grande del mundo (U.S Department of State, 2022).

De acuerdo con datos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Estados Unidos de América (EE. UU) preside la Presidencia del Proceso de Cumbres de las Américas desde el 10 de julio de 2020, así como el órgano de deliberación de la Cumbre y el Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres (GRIC) (OEA, 2020). Esta es la primera vez que EE. UU acoge la Cumbre desde la reunión inaugural en Miami de 1994. La Cumbre se celebra cada tres años aproximadamente, y es la única reunión de todos los líderes de los países de América del Norte, del Sur, Central y del Caribe.

Como ya es conocido, la realización de estas Cumbres Americanas, desde sus inicios, plantearon problemas de fondo para América Latina y el Caribe (ALC), en cuanto a su soberanía, autonomía e independencia. Claro está, el problema no surge en la década de los años noventa del siglo XX, se origina en los inicios del siglo XIX cuando los Estados Unidos de Norteamérica se convirtieron en una potencia regional e iniciaron su proyección geopolítica hacia América Latina y el Caribe. No olvidemos la primera manifestación de esta proyección geopolítica: “América para los americanos”, formulada por el entonces presidente estadounidense James Monroe en 1823.

La llamada Doctrina Monroe si bien buscaba preservar al conjunto de las Américas del colonialismo europeo, tenía presente una fuerte carga norteamericana y estadounidense, aunque todavía no panamericana. Lo que estaba en boga era el hispanoamericanismo resultado de la gesta emancipadora de los libertadores, principalmente Bolívar y San Martín, la que culminaría con la convocatoria del Congreso de Panamá de 1826, que se proponía buscar la unión de toda Hispanoamérica. Esta iniciativa, que no fructificó, fue continuada por varias reuniones hispanoamericanas que se prolongaron hasta los años sesenta del siglo XIX. Ante este panorama, los estadounidenses retomaron la iniciativa hispanoamericana y convocaron a la primera Conferencia Panamericana en 1889. Esto es a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, cuando Estados Unidos de Norteamérica ya era una potencia regional-mundial emergente. De esta manera, en el contexto de las Conferencias Panamericanas (1889-1954) se introdujo la enmienda a la Doctrina Monroe del presidente Theodore Roosevelt, que permitió la intervención estadounidense en los asuntos hispanoamericanos y que bien pude resumirse en la frase: “América para los norteamericanos”; además se crean la Organización de los Estados Americanos (OEA) en 1948 y parte de las instituciones del sistema interamericano o panamericano.

De esta manera, toda América Latina y el Caribe quedó sujeta a la supremacía y hegemonía de los Estados Unidos de Norteamérica desde inicios del siglo XX, aunque claramente establecida desde 1945. Es así como ante un panamericanismo predominante, se comenzó a valorar la importancia de una región llamada América Latina y el Caribe y, en consecuencia, surge el proyecto de integración regional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en los inicios de los años cincuenta, y comenzó a tomar forma el latinoamericanismo con la teoría centro-periferia de Prebisch y la teoría de la dependencia con Marini, Dos Santos, Cueva, Bambirra, Quijano, Frank, entre otros. Sin olvidar a los precursores de esta concepción como Mariátegui, Mella y Recabarren. Se podría anotar que el panamericanismo imperó claramente hasta el fin de la Guerra Fría e inicios de los años noventa del siglo XX. Mientras tanto, un latinoamericanismo tomó forma y emergió desafiante durante las décadas de los años sesenta y setenta de ese siglo XX, bien entendido muy inspirado en las gestas de la Revolución Cubana (la vía de la lucha armada) y del Gobierno de Salvador Allende en Chile (la vía de la lucha electoral y democrática).

La finalización de la Guerra Fría, que concluyó con el capitalismo imperativo y el socialismo autoritario en el mundo, permitió el pasaje hacia un neopanamericanismo y un neolatinoamericanismo. La superpotencia mundial estadounidense buscó una aproximación nueva hacia la región latinoamericana-caribeña: la Cumbre de las Américas y el Área de Comercio de las Américas (ALCA), es decir un proyecto de integración continental político y económico; dejando atrás y en segundo plano el viejo sistema interamericano y panamericano. Pero, antes de dar estos pasos, Estados Unidos se había anticipado impulsando un proceso de integración regional norteamericano, que implicaba su asociación con Canadá y México.

En la región de ALC también se había logrado un despegue mayor de los procesos de integración regional con la constitución de nuevos esquemas como el Mercado Común del Sur (MERCUSUR, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el Proyecto de Integración Mesoamericano (PIM ex PPP), el Grupo de los Tres (G-3), la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Todo esto entre mediados de los años noventa y la primera década de los años 2000, donde jugaron roles destacados los primeros gobiernos progresistas, que fueron promotores de un neo-latinoamericanismo acorde con los nuevos tiempos que vivía la región. Un hecho remarcable fue la derrota del proyecto de integración continental ALCA, en la IV Cumbre de las Américas del año 2005. Esto permitió la creación de la CELAC unos años después y, como consecuencia, la reafirmación y reimpulso del proceso de integración regional; todo esto de la mano con los gobiernos progresistas del primer ciclo. Ahora, como bien lo sabemos, esta primera ola de gobiernos progresistas se agotó entre los años 2015 y 2016.

I.Contexto en el que surge la IX Cumbre de las Américas

La Cumbre de las Américas como foro de gobernanza continental perdió importancia desde el año 2005 cuando se quedó sin el proyecto ALCA que Estados Unidos trataba de concretar imperativamente para todo el continente. Se podrá decir que esta Cumbre de las Américas se convirtió en un foro más del sistema interamericano y con una actuación paralela a la Asamblea General de la OEA). Por eso no nos extrañemos que la VIII Cumbre realizada en Lima (2018) haya sido un fracaso, por la falta de invitación al presidente Nicolás Maduro de Venezuela y la no asistencia del presidente Donald Trump. En América Latina, desde el año 2016 se habían instalado mayoritariamente gobiernos conservadores-neoliberales, los que se mantuvieron solamente por un periodo de cinco años. Entonces sucedió el inició de un nuevo ciclo de gobiernos progresistas y neo-latinoamericanistas.

a) Natalicio de Simón Bolívar

El pasado 24 de julio de 2021 el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) encabezó la conmemoración del 238 aniversario del nacimiento del libertador Simón Bolívar, celebrado en el Castillo de Chapultepec, con la asistencia de la escritora Isabel Allende, Claudia Sheinbaum, jefa del gobierno de la Ciudad de México, el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, el secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, entre otros.

Asimismo, con la presencia de invitados internacionales de Argentina, Barbados, Belice, Bolivia, Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, Panamá, Paraguay, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela, Antigua y Barbuda, República Dominicana, Haití, Uruguay, Nicaragua, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia, Dominica y el Perú (Gobierno de México, 2021).

El presidente destacó que fue un “acto para homenajear a Simón Bolívar, recrear su proyecto de unidad entre los pueblos de América Latina y el Caribe” (Gobierno de México, 2021, párr. 103) con el fin de “apoyarnos en la historia para enfrentar mejor el presente y el porvenir” (párr. 103). Además, mencionó que el Libertador de América “es un vivo ejemplo de cómo una buena formación humanista puede sobreponerse a la indiferencia o a la comodidad de quienes provienen de cuna fina” (párr. 106).

En su discurso, AMLO hizo referencia al esfuerzo y la lucha incansable de Bolívar por el movimiento transformador y revolucionario para liberar a los pueblos de las Américas que, si bien estuvo lleno de triunfos y derrotas, denota un “ejemplo de solidaridad y hermandad latinoamericana” (párr. 115). Asimismo, el presidente mencionó que la “lucha por la integridad de los pueblos de nuestra América sigue siendo un bello ideal” (párr. 143) y que no ha sido fácil volver realidad este propósito por los múltiples obstáculos a los que se enfrenta la región, entre los que destacó “el movimiento conservador de las naciones de América, las rupturas en las filas del movimiento liberal y el predominio de Estados Unidos en el continente” (párr. 143).

Sobre este último punto, el presidente señaló en repetidas ocasiones el intervencionismo estadounidense en América Latina con políticas definidas para el logro de sus objetivos nacionales, tal como la Doctrina Monroe ‘América para los americanos’, que “terminó de desintegrar a los pueblos de nuestro continente y destruir lo edificado, lo material, por Bolívar” (párr. 149) y con lo que años más tarde, el hegemón norteamericano “había terminado de definir su espacio físico vital en toda América” (párr. 151).

Es interesante constatar cómo el discurso del presidente López Obrador critica el hecho de que EE. UU “nunca ha dejado de realizar operaciones abiertas o encubiertas contra los países independientes situados al sur del río Bravo” (párr. 152) y por estos motivos la influencia de la política exterior estadounidense es predominante en América y menciona que solo existe un caso especial, el de Cuba, “el país que durante más de medio siglo ha hecho valer su independencia enfrentando políticamente a los Estados Unidos” (párr. 152) y que como menciona AMLO “por su lucha en defensa de la soberanía de su país el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad” (párr. 155). En consecuencia, el presidente López Obrador sostuvo durante el discurso que:

(...) ya es momento de una nueva convivencia entre todos los países de América, porque el modelo impuesto hace más de dos siglos está agotado, no tiene futuro ni salida, ya no beneficia a nadie, hay que hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos de forma defensiva; es tiempo de expresar y explorar otra opción: la de dialogar con los gobernantes estadounidenses y convencerlos y persuadirnos de que una nueva relación entre los países de América es posible. Considero que en la actualidad hay condiciones inmejorables para alcanzar este propósito de respetarnos y caminar juntos sin que nadie se quede atrás (Gobierno de México, 2021, párr. 156).

Asimismo, mencionó que con el paso del tiempo se han ido dando circunstancias favorables para México, tales como el crecimiento desmesurado de China que “ha fortalecido en Estados Unidos la opinión que debemos de ser vistos como aliados y no como vecinos distantes” (párr. 159) o su “patio trasero” (párr. 158). Esto ha dado ciertos resultados, tales como el proceso de integración económica de América del Norte que se ha venido dando desde 1994 con el primer Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque incompleto, porque no se abordó la cuestión laboral como en el de ahora Tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). Enseguida AMLO reafirmó que:

(...) nos conviene que Estados Unidos sea fuerte en lo económico y no solo en lo militar. Lograr este equilibrio y no la hegemonía de ningún país es lo más responsable y lo más conveniente para mantener la paz en bien de las generaciones futuras y de la humanidad (párr. 162)

Aunado a este punto, el presidente mencionó que es necesario definir de manera conjunta objetivos muy precisos para “fortalecernos económica y comercialmente en América del Norte y en todo el continente” (párr. 165), así como “planear conjuntamente nuestro desarrollo” (párr. 167) para lograr el bienestar para todos los pueblos de América Latina y el Caribe. La postura final del discurso del presidente AMLO fue muy interesante porque mencionó que:

Es ya inaceptable la política de los últimos siglos, caracterizada por invasiones para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia. Digamos adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos; apliquemos, en cambio, los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Iniciemos en nuestro continente una relación bajo la premisa de George Washington, según la cual las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos (Gobierno de México, 2021, párr. 170-171).

Asimismo, mencionó:

Estoy consciente que se trata de un asunto complejo que requiere de una nueva visión política y económica. La propuesta es ni más ni menos que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades (Gobierno de México, 2021, párr. 172).

Criticó el intervencionismo estadounidense, con una postura hemisférica/continental de redefinición, recomposición y reformulación, así como con deseo de unir al continente manteniendo vivo el sueño de Bolívar. El presidente AMLO también llamó a que la OEA sea un organismo “verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador, a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia” (párr. 173) y que no solo sirva a los intereses de algunos países.

De la misma manera, el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, se pronunció en favor y mencionó “si nosotros no actuamos en conjunto y no hablamos como una sola voz, nadie va a ocuparse de nosotros” (párr. 57), haciendo referencia a que es indispensable que como región “actuemos en conjunto, que hagamos valer nuestra voz, que demos nuestra perspectiva al resto del mundo y que protejamos a nuestros pueblos y a nuestras sociedades y sus intereses” (párr. 58). Finalmente agradeció al presidente López Obrador por “todo el respaldo que se ha dado a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños” (párr. 59).

Estas ideas fueron, sin duda alguna, las bases para un nuevo enfoque continental americano y americanista, al estilo de Bolívar y Martí. Se piensa en las bondades de un posible continente unido e integrado y se cuestiona el rol supremacista, dominador, imperialista, intervencionista, panamericanista y la visión de ALC como “patio trasero” de los Estados Unidos. Si bien es cierto que todavía el sueño Bolivariano y Martiano está presente en nuestro ideario, el rol geopolítico y geoeconómico que ha jugado EE. UU en el continente promueve el rechazo y distanciamiento crítico de toda ALC. De allí que, por lo menos, si se apuesta por reformar y mejorar las relaciones entre países en el sistema interamericano, se conseguiría un logro importante para toda la región, lo que conduce a un cuestionamiento severo del desempeño de la OEA y de su nefasto secretario general Luis Almagro.

b) La reactivación y el reimpulso de la CELAC

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) surgió en el año 2010/2011, por iniciativa de Brasil y de México, para profundizar la integración política, económica, social y cultural de la región. La CELAC es el único sistema de integración regional que cuenta con la membresía de los 33 Estados de América Latina y el Caribe.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (2021), las Cumbres realizadas entre los años 2013 y 2017 permitieron darle continuidad al impulso inicial tras la creación del mecanismo de integración, pero en 2017 la comunidad experimentó un estancamiento debido a la falta de una visión común y consenso entre sus Estados miembros. Ante este escenario, en el año 2018 la CELAC inició un “proceso de reflexión” con el objetivo de solucionar las causas de dicho estancamiento. En otras palabras, la dinámica prometedora de CELAC fue detenida y desactivada parcialmente. No pudieron desarticularla, pero afectaron seriamente su rol promotor de la integración regional, de la unidad y autonomía de toda la región.

Los gobiernos conservadores-neoliberales que se instalaron predominantemente en la región durante el periodo 2016-2020, no solamente se propusieron detener el avance del proceso de integración regional, como el de la CELAC, y de los procesos de integración subregional (MERCOSUR, UNASUR, SICA, CARICOM, PIM…) sino que se ensañaron destructivamente contra la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la CELAC. La UNASUR fue desmantelada y remplazada por el Foro para el Progreso de América del Sur (PROSUR). La CELAC fue paralizada para que muriera de inacción, mientras el Grupo de Lima (fundado en el año de 2017 en Lima) actuaba y buscaba sustituirla. Estos fueron años de regresión histórica para toda la región. El alineamiento de los gobiernos conservadores-neoliberales con el panamericanismo estadounidense (promovido por la OEA y Almagro) fue extremo, fueron con todo con los gobiernos progresistas que quedaban del primer ciclo: trataron de derrocar al presidente Nicolás Maduro, incluso de aislar e invadir a Venezuela; promovieron el golpe de estado contra el presidente Evo Morales e instalaron en su remplazo un gobierno dictatorial; acosaron incesantemente al presidente Daniel Ortega, entre otras perlas negras.

En el año 2020 la administración del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presentó la candidatura de México para presidir la CELAC durante dicho año, la cual fue aprobada por consenso, asumiendo un rol proactivo en la integración latinoamericana. Con el presidente López Obrador se inició el nuevo ciclo de gobiernos progresistas en la región. Aunque todavía entre finales de 2018 e inicios del 2019 los gobiernos conservadores-neoliberales eran mayoritarios en la región, nuevos vientos comenzaron a soplar, pues los gobiernos de derecha y extrema derecha se encontraban sin rumbo, el conservadurismo-neoliberal no les servía para gobernar, sobre todo el neoliberalismo como modelo económico no servía para más, era obsoleto tanto en la región como en todas partes del mundo. Y, entonces durante el año 2019 se produjeron importantes movimientos populares que resistieron, levantaron y cuestionaron radicalmente a estos gobiernos reaccionarios. En consecuencia, el nuevo ciclo de gobiernos progresistas se afirmó y siguió su curso.

Fue de esta manera como el gobierno progresista de México comenzó a desplegar su liderazgo regional y asumió la presidencia pro tempore de la CELAC en enero de 2020 con el objetivo de revitalizar esta institución regional, la que había jugado un papel crucial en la región durante el periodo 2000-2015, los años del primer ciclo de gobiernos progresistas. Pero en el 2020 todavía no se había cerrado el “proceso de reflexión” abierto en el 2018 y quedaban resistencias de conservadoras-neoliberales. Es así como solamente en la XXI Reunión De Cancilleres de la CELAC, en julio de 2021, que se cerró el periodo de reflexión abierto en 2018. Esta Reunión de Cancilleres emitió el documento “Nota Conceptual sobre la Conclusión del Proceso de Reflexión”. En esta se anotaron los siguientes objetivos:

1. Contribuir al fortalecimiento y posicionamiento de la CELAC en el actual contexto político regional y global (…). 2. Continuar promoviendo, a través de declaraciones conjuntas, los temas de consenso recogidos en el acervo de la CELAC (…). 3. Consensuar ejes temáticos de trabajo, para centrar la labor de las siguientes presidencias y evitar la dispersión de la agenda (…). 4. Continuar trabajando en la construcción de una agenda de concertación política, multilateral y de cooperación más dinámica entre los países de la CELAC y sus socios extra regionales (CELAC, 2021, pág. 1-2)

Fue pues con el ideario de esos cuatro objetivos que México asumió la Presidencia pro tempore de la CELAC en el año de 2020 y presentó el Plan de Trabajo 2020. Este documento presenta un conjunto de 14 Áreas de Trabajo; entre las más importantes: Cooperación aeroespacial y aeronáutica; Ciencia y tecnología para las sociedades; Encuentro de Rectores de las principales universidades del país; Monitoreo sobre la resistencia a los antimicrobianos: Metodología de la CELAC contra la corrupción; Foro Ministerial CELAC-CHINA; Agenda AGONU; Órgano de gobernabilidad; Premios CELAC contra la desigualdad y la pobreza, etc. Y, además, en cada Área se contempla un eje temático de cooperación internacional (CELAC, 2020).

Con la finalidad de reforzar el trabajo en las áreas propuestas, en el Plan de Trabajo 2021 se contemplaron seis Ejes Transversales de Acción, que son los siguientes:

1. Reactivación económica regional; 2. Relacionamiento con socios extra-regionales; 3. Medio Ambiente y Cambio Climático; 4. Igualdad, Género y Diversidad; 5. Innovación; 6. Integración Latinoamericana y Caribeña. Además, en este documento se anotaron 9 Áreas de Trabajo; entre las más importantes tenemos: Recuperación Económica post-pandemia; Estrategia sanitaria regional contra la Covid-19; Cooperación aeroespacial; Encuentro latinoamericano y caribeño de educación; Ciencia, tecnología e innovación para la inclusión social; Fortalecimiento de la estructura y mejora del funcionamiento de la CELAC, entre otras (CELAC, 2021).

Durante el mandato de México en la presidencia pro tempore de la CELAC es posible observar el impulso que le brindó a la concertación política. De acuerdo con Herrera (2022), México convocó a distintas reuniones como la VI Cumbre de jefas y jefes de Estado y de Gobierno en la Ciudad de México en septiembre del 2021, entre otras reuniones mediante las cuales se abordaron distintos temas apremiantes en beneficio de la región. Con estas acciones, México brindó impulso para la reactivación y revitalización de la CELAC, dando como resultado el fortalecimiento interno de esta.

Al concluir su proceso de reflexión, la CELAC refrendó su compromiso de impulsar la cooperación y la unidad e integración regional, dejando de lado las diferencias ideológicas y políticas existentes, poniendo en claro que “el dialogo y la cooperación son vitales para resolver los problemas que aquejan a la comunidad en su conjunto” (Herrera, 2022, párr. 21). Estas acciones, como menciona Herrera, permitieron reimpulsar a la CELAC como un importante referente regional, ponderando el multilateralismo frente al bilateralismo (2022) con el que actúan muchos otros Estados en el Sistema Internacional.

Para concluir con el apartado de la CELAC, el 07 de enero de 2022, durante la XXII Cumbre de Cancilleres de este sistema de integración, Argentina fue elegida para la presidencia pro tempore durante el período 2022-2023. En esa ocasión, se presentó un Plan de Acción basado en 15 Ejes Temáticos, cada uno acompañado de su respectivo objetivo y su correspondiente estrategia para la región y que fue aprobado por consenso. Estos Ejes Temáticos son:

1. Recuperación económica inclusiva post-covid 19; 2. Estrategia sanitaria latinoamericana y caribeña; 3. Cooperación espacial; 4. Ciencia, tecnología e innovación para la inclusión social; 5. Gestión integral de riesgo de desastres; 6. Educación; 7. Fortalecimiento institucional y agenda CELAC contra la corrupción; 8. Seguridad alimentaria; 9. Diálogo con socios extrarregionales; 10. Integración de infraestructura latinoamericana y caribeña; 11. Cooperación ambiental; 12. Desarrollo y perfeccionamiento de la operatividad de la CELAC; 13. Mejora de la situación y condición de las mujeres en los países miembros; 14. Transformación digital y cooperación y 15. Cultura (CELAC, 2022).

Las resistencias y los levantamientos de los movimientos sociales populares, el regreso de los gobiernos progresistas, la promoción del pensamiento bolivariano y el relanzamiento de la CELAC pusieron por delante en esta coyuntura un pensamiento neo-latinoamericanista, muy adecuado para los tiempos neo-panamericanistas que llegarían del norte del continente.

c) La iniciativa Build Back Better World (B3W)

Build Back Better World (B3W) (“reconstruir un mundo mejor”) es una iniciativa económica prevista por EE. UU. y anunciada previamente en el contexto del Grupo de los Siete (G7) en junio de 2021. Esta iniciativa fue diseñada como una alternativa a la iniciativa Belt and Road de China (BRI) y, por lo tanto, para promover el desarrollo de la infraestructura de los países de ingresos bajos y medianos a nivel internacional. Pero, aún se espera que el presidente Biden lance la Iniciativa oficialmente en el transcurso del 2022 (IRAP, 2021).

Liderada por Estados Unidos, la iniciativa busca impulsar el desarrollo de obras de infraestructura en diversos países por un valor de 40 billones de dólares, que serían lo que necesitan los países en desarrollo hasta el 2035. La iniciativa tiene como objetivo catalizar el financiamiento para infraestructura de calidad del sector privado y alentará las inversiones del sector privado que apoyan “el clima, la salud y la seguridad sanitaria, tecnología digital y equidad e igualdad de género” (IRAP, 2021). La iniciativa se basa en Blue Dot Network (“Red Punto Azul”) (2019), una colaboración cooptada que tiene como objetivo construir una red global a través de financiamiento basado en préstamos para construir carreteras, puentes, aeropuertos, puertos, centrales eléctricas, entre otros (IRAP, 2021).

La B3W es pues una iniciativa estadounidense que se propone competir con el Belt and Road Initiative (BRI) (Iniciativa de la Franja y la Ruta), en los continentes en vías de desarrollo como América Latina, África, Medio Oriente… donde China ha ingresado para cooperar en el desarrollo de estos países desde hace buen tiempo. El B3W, para ALC, es pues un elemento del neo-panamericanismo que tarta de sujetar, controlar, interferir e intervenir la dinámica de desenvolvimiento autónomo regional. Pues bien, como no todo estaba visto, había que esperar la apuesta mayor.

d) La gira del presidente AMLO por Centroamérica y el Caribe

Por último, cabe mencionar la gira del presidente AMLO por Centroamérica y el Caribe, donde visitó cuatro países centroamericanos y uno caribeño; Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba. Esta gira fue bastante importante porque le posibilitó reforzar su legitimidad para el cuestionamiento de la exclusión de tres países por parte de EE. UU en la IX Cumbre de las Américas, y su postura de inasistencia como rechazo a la exclusión. Como es bien conocido, el último país que visitó fue Cuba, lo cual no debe extrañarnos porque este país es el símbolo de la resistencia frente a EE. UU en América Latina y el Caribe (consultar discurso de Díaz-Canel).

II. Anuncio de la IX Cumbre de las Américas y la polémica desencadenada

El 18 de enero de 2022, la Casa Blanca, siendo Estados Unidos el que preside la Presidencia del Proceso de Cumbres de las Américas desde el 10 de julio de 2020, anunció que la IX Cumbre de las Américas se llevaría a cabo en el Centro de Convenciones de Los Ángeles, California (Voz de América, 18.01.22).

Días después, el secretario de Estado adjunto para Asuntos del hemisferio occidental de Estados Unidos, Brian Nichols, subrayó que “la Casa Blanca invitará a todos los gobiernos democráticos de la región a la cumbre”, por lo que “es poco probable” que los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua sean invitados a la IX Cumbre de las Américas (DW, 28.04.22).

Como organizador de la Cumbre, Estados Unidos se reservó el derecho de no invitar a estos tres Estados, pues acusó a estos países de tener gobernantes antidemocráticos. La respuesta de los Estados latinoamericanos no se hizo esperar. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien goza de liderazgo regional en la región de América Latina y el Caribe, debido a la importancia de su gobierno y gracias a la presidencia pro tempore de la CELAC y de su reciente gira por la región, fue el primer presidente en manifestarse en contra de la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre de las Américas.

En congruencia con su propuesta de una integración continental sin exclusiones, y basado en los principios del multilateralismo, el respeto a las soberanías y la solución de conflictos mediante el dialogo y la diplomacia (La Jornada, 13.05.22), el presidente AMLO se pronunció, en múltiples ocasiones, a favor de que todos los países de la región estuvieran presentes en dicha cumbre, de lo contrario, advirtió que no asistiría y, en su lugar, enviaría al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

En consecuencia, los gobiernos de Bolivia, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina, Honduras, Chile, Guatemala y otros de la Comunidad del Caribe, reprobaron la postura de Washington de solo invitar a 32 de los 35 Estados que conforman el continente americano (La Jornada, 06.05.22), planteando insistentemente que la Cumbre debía de incluir a todos los países del continente.

Tras múltiples declaraciones, reuniones y conferencias matutinas, el presidente AMLO expresó que su posición contra las exclusiones no se trataba de un boicot contra la Cumbre de las Américas ni contra el gobierno estadounidense, sino de una posición libre y soberana, que disiente del posicionamiento de EE. UU, pues “Nadie tiene el derecho a hablar en nombre de toda América y de decidir quién participa y quién no” (La Jornada 13.05.22).

El hecho de que Washington no invitara a Cuba, Nicaragua y Venezuela, al considerarlos países no democráticos, despertó un gran número de disgustos entre los gobiernos latinoamericanos, los cuales expresaron su rechazo por la postura estadounidense. En el continente americano Cuba sigue considerada por la superpotencia del norte como una “piedra en el zapato” (neo)panamericano; por tal motivo sigue persistiendo en el bloqueo y desestabilización de este país socialista, donde se practica una democracia directa y participativa. Venezuela desde Chávez hasta Maduro, siempre han contado con gobiernos democráticos y elegidos en procesos electorales. Nicaragua, también dispone de un gobierno democrático, aunque es muy criticable que el gobierno de Ortega haya impulsado políticas represivas contra los sectores sociales y políticos críticos.

Los gobiernos progresistas en conjunto levantaron la voz crítica por la exclusión estadounidense de tres gobiernos, uno socialista y dos progresistas del primer ciclo. El presidente Alberto Fernández de Argentina, país que detenta la Presidencia pro tempore de la CELAC, fue muy crítico de tal acto de marginación, lo que fue seguido de las declaraciones de los presidentes progresistas Gabriel Boric de Chile, Luis Arce de Bolivia, Xiomara Castro de Honduras, varios gobiernos del Caribe, entre otros. Hubo un concierto de protestas neo-latinoamericanistas ante tal acto neopanamericanistas. Todo esto dejo en claro que ALC no estaba dispuesta a un nuevo alineamiento estadounidense y menos a una nueva subordinación neopanamericana. Entre los gobiernos progresistas se formaron dos grupos: los que no asistirían como México, Honduras y Bolivia (a ellos se sumó el gobierno de El Salvador) y los que sí asistirían llevando una voz crítica como Argentina y Chile.

III. La IX Cumbre de las Américas

El Lema de la Cumbre de las Américas fue “Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo” y se llevó a cabo del 06 al 10 de junio de 2022. Este evento, de acuerdo con datos de la OEA (2022) buscaba reunir a los jefes de Estado y de Gobierno de las Américas para debatir sobre aspectos políticos y económicos, afirmar valores comunes y comprometerse a acciones concertadas a nivel nacional y regional con el fin de hacer frente a desafíos presentes y futuros que enfrentan los países de las Américas.

Además de presidir la Cumbre, Estados Unidos por medio del Departamento de Estado organizó tres foros oficiales de partes interesadas en la Cumbre con la intención de fomentar un mayor diálogo entre los jefes de Gobierno, los pueblos y empresas de las Américas y para abordar los retos y oportunidades hemisféricos, como la inclusión social, la recuperación económica, el cambio climático, la democracia y la transformación digital: el noveno Foro de la Sociedad Civil, el sexto Foro de Jóvenes de las Américas y la cuarta Cumbre de “CEO” de las Américas (US Department of State, 2022).

Países asistentes a la Cumbre
El Caribe México y Centroamérica
●Gaston Browne: primer ministro (PM) de Antigua y Barbuda ●Philip Davis: PM de Bahamas ●Ariel Henry: PM de Haití ●Rooservelt Skerrit: PM de Dominica ●Luis Abinader: presidente de República Dominicana ●Philip J. Pierre: PM de Santa Lucía ●Nickolas Steele: ministro de Granada ●Andrew Holness: PM de Jamaica ●Mia Mottley: primera ministra de Barbados ●Keith Rowley: PM de Trinidad y Tobago ●Thelma Phillip-Browne: Embajadora de San Cristóbal y las Nieves ●Marcelo Ebrard: Canciller de México ●Johny Briceño: PM de Belice ●Alexandra Hill Tinoco: canciller de El Salvador ●Rodrigo Chaves: presidente de Costa Rica ●Eduardo Reina: canciller de Honduras ●Laurentino Cortizo: presidente de Panamá ●Mario Búcaro: canciller de Guatemala
Sudamérica América del Norte
●Alberto Fernández: presidente de Argentina ●Rogelio Mayta: canciller de Bolivia ●Jair Bolsonaro: presidente de Brasil ●Gabriel Boric: presidente de Chile ●Iván Duque: presidente de Colombia ●Guillermo Lasso: presidente de Ecuador ●Irfaan Ali: presidente de Guyana ●Mario Adbo Benitez: presidente de Paraguay ●Pedro Castillo: presidente de Perú ●Chan Santokhi: presidente de Surinam ●Francisco Bustillo: canciller de Uruguay ●Joe Biden: presidente de Estados Unidos ●Justin Trudeau: PM de Canadá

Hicieron falta los tres países marginados de las Américas. Los presidentes de México, Bolivia y Honduras cumplieron su palabra, no asistieron a la Cumbre e hicieron escuchar su voz desde la región latinoamericana-caribeña. Es remarcable también la postura fuerte y crítica del presidente Bukele de El Salvador, un gobernante que fue radicalizando su crítica a la potencia del norte y asumiendo posturas muy cercanas a las del progresismo.

a) Los momentos iniciales de la Cumbre

Aquí sobresalen algunos momentos. La vicepresidenta (VP) de EE. UU, Kamala Harris, anunció que se ha logrado obtener más de 1.9 mil millones de dólares en nuevos compromisos del sector privado para el esfuerzo lanzado desde julio del año pasado para generar oportunidades económicas en el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y el Salvador) (Brooks, 2022). También recordamos el evento inaugural de la IX Cumbre de las Américas el día 08 de junio, en el cual se dio la bienvenida a los jefes y jefas de estado de las Américas con palabras del presidente Joe Biden, la VP Kamala Harris y Eric Garcetti, donde se resaltó la supuesta diplomacia de la inclusión, diversidad y el trabajo conjunto (Cumbre de las Américas, vía Twitter, 09.06.22).

Como se pudo notar, de tras de las sonrisas y buenos modales de la inauguración, había un panorama de seriedad, de expectativa y desconcierto. La pregunta era sobre la sorpresa que podrá haber bajo el mantel de la mesa tendida de la diplomacia continental americana.

Un hecho importante fue la Reunión del Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres-GRIC de la OEA, conformado por los ministros de Relaciones exteriores de los países de las Américas, que fungen como Coordinadores Nacionales. El presidente de esta instancia, Antony J. Blinken (secretario de Estado de EE. UU), como presidente del GRIC, se encargó de dar la bienvenida y agradecer a los participantes. En esta reunión, se recordaron los cinco temas centrales que se acordaron y que se discutirían en la Cumbre:

1. Construiremos una mayor resiliencia en materia de salud y pandemia al fortalecer nuestros sistemas de salud pública. 2. Estableceremos la primera agenda regional sobre transformación digital para cerrar una brecha digital persistente en nuestras sociedades. 3. Aceleraremos la transición de la región hacia la energía limpia. 4. Duplicaremos la inversión en resiliencia climática y adaptación. 5. Nos volveremos a comprometer con una de las aspiraciones centrales que nos unió hace 30 años, cuando Estados Unidos fue sede de la primera Cumbre de las Américas: promover la democracia.

Esta reunión tuvo lugar un poco antes de la realización de la Cumbre y, si bien se apuntalaron cuatro puntos muy importantes para este evento, el quinto punto sobre la democracia en el continente no tenía otro cometido que justificar la exclusión de tres gobiernos de ALC. Y, sin duda alguna, Almagro, no hizo más que ratificar esta perspectiva neopanamericana estadounidense. Y, claro, podemos preguntar seriamente ¿en dónde se encuentra el neopanamericanismo? La respuesta es sencilla. Se encuentra en su formulación misma, al colocar la “democracia” como la primera, única y sola condición para tartar y admitir a los gobiernos de ALC la comunidad americana. En esta formulación no importa, no se toma en cuenta y se descarta las cuestiones fundamentales del desarrollo, el bienestar y la historia de una de las sociedades latinoamericanas y caribeñas. Esto es, la democracia es una herramienta de dominación y subordinación de los países de la región.

b) Los discursos de los gobernantes neo-panamericanos

En primer lugar, tenemos la Declaración de presidente J. Biden en la ceremonia inaugural de la Cumbre. El presidente Biden anunció el lanzamiento de un nuevo marco de cooperación económica para la región, la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas, cuyos objetivos son:

1. Ayudar al crecimiento de las economías. 2. Fomentar la innovación y ayudar a que los gobiernos cumplan con sus pueblos. 3. Abordar la crisis climática. 4. Un nuevo enfoque innovador e integrado para gestionar la migración y compartir la responsabilidad en el hemisferio. 5. Por un hemisferio occidental seguro, próspero y democrático.

Esto fue lo central de su intervención, pero antes de hacer su anuncio tocó otros temas de importancia: la cooperación en el hemisferio occidental, la democracia como un “sello distintivo” (y recordó la Carta Democrática Interamericana), el impacto de del Covid-19 y la crisis económica que trajo consigo, la guerra en Ucrania (“la guerra brutal de Putin contra Ucrania”), la iniciativa Ciudades Adelante, la creación de una nueva fuerza salud de las Américas, etc. (La Casa Blanca, 09.06.2022).

En segundo lugar, la Declaración del PM de Canadá, Justin Trudeau, en la cual destacan tres cuestiones: la defensa del Sistema Interamericano, de la OEA y de las bondades de la democracia; la crítica de Rusia (y de Putin) por la invasión de Ucrania y el llamado a los gobiernos de ALC para proporcionar apoyo y solidaridad al gobierno de Zelensky, sin la más mínima aproximación crítica; y, también, el respaldo a la Alianza por la Prosperidad Económica de las Américas. En resumen, estamos ante una declaración de neopanamericanismo sin más ni menos (IX Summit of the Americas, 2022).

Finalmente, tenemos que destacar la Declaración Conjunta de los secretarios de Relaciones Exteriores de Canadá, México y Estados Unidos, del 10 de junio del 2022. El documento comprende 14 puntos, pero los puntos 2, 3 y 4 son los que destacan en el contexto de la Cumbre. El punto 2 se refiere a la democracia, el multilateralismo y el “orden internacional basado en reglas”, entre otros. Los puntos 3 y 4 abordan el tema candente de Ucrania: “Reafirmamos nuestro apoyo a la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania y condenamos la invasión no provocada de Rusia a su vecino soberano y democrático en violación del derecho internacional” (Secretaría de Relaciones Exteriores, 10.06.2022).

En cuanto al punto 2, no se sabe si se refieren al orden de la Guerra Fría o al ensayo de orden unipolar estadounidense. Si fuera de este último que se habla, este supuesto “orden” no es legal ni legítimo, pues unipolaridad implica unilateralidad, esto es un solo poder mundial con una sola visión y un solo programa para el mundo; donde las reglas son todas manipuladas. Y respecto del punto 2, se dice que la invasión de Rusia no fue provocada, se entiende por Occidente, la UE y la OTAN y que entonces se trata de un simple y puro acto de “agresión rusa”, muy acorde con la “prepotencia” de una autocracia.

Queda la pregunta sobre ¿por qué solamente los secretarios de Relaciones de EE. UU y Canadá, secundados por México, y no todos los gobiernos de las Américas y especialmente de ALC? Pues está claro que no había consenso para una declaración contra Rusia de todos los gobiernos de las Américas y menos para solicitar a ALC un alineamiento geopolítico con los Estados Unidos. Empero, el problema ucranio estuvo presente en la atmósfera de la Cumbre.

c) Los discursos de los gobernantes neolatinoamericanos

En el discurso del presidente Alberto Fernández, en su condición de presidente pro tempore de la CELAC, anotó con toda claridad:

Definitivamente hubiéramos querido otra Cumbre de las Américas. El silencio de los ausentes nos interpela. Para que esto no vuelva a suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer un “derecho de admisión” sobre los países miembros del continente. El diálogo en la diversidad es el mejor instrumento para promover la democracia, la modernización y la lucha contra la desigualdad”. Luego añadió: …se ha utilizado a la OEA como un gendarme que facilitó un golpe de Estado en Bolivia.

Y también subrayó: …La OEA si quiere ser respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada, debe ser restructurada removiendo de inmediato a quienes la conducen (Casa Rosada Presidencia, 09.06.2022).

Este posicionamiento del presidente Fernández le permitió presentarse como la voz altisonante de los gobiernos progresistas y otros de ALC. No más exclusiones ideológicas y políticas de parte de la superpotencia estadounidense, de su aliado vecino, Canadá, y de los gobiernos conservadores y neoliberales de la región. Y, también puso el dedo crítico en el rol nefasto de la OEA y del secretario general Almagro.

En su discurso el Canciller mexicano, Marcelo Ebrard, también abordó el problema central de la resistencia de los gobiernos progresistas de ALC. Enfatizó que: “la mayoría de los países que estamos presentes en esta Cumbre hemos manifestado nuestra oposición a sean excluidos países de la Cumbre de las Américas” (Secretaría de Relaciones Exteriores, 10.09.2022). E inmediatamente recalcó que: “nadie tiene el derecho de excluir a otro país por la razón que fuese, y menos porque haya una diferencia política respecto de su régimen político” (2022). Enseguida enfatizó: “Entonces se está en contra de la exclusión y también del principio de que un país puede decirle a otro qué es lo que debe hacer en su vida interna” (2022). Y siguió con una crítica radical contra la OEA por su “papel vergonzoso” (2022) en Bolivia, su situación de agotamiento y la necesidad de su transformación y la renovación inmediata de su dirigencia. Finalmente, tomando en cuenta las declaraciones de los otros participantes, sostuvo que: “Se le propone a Estados Unidos un nuevo acuerdo e iniciar una nueva etapa en la relación entre las Américas” (2022). Según el Canciller Ebrard, en la Cumbre 20 países estuvieron en contra de la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela; otros 10 países no se manifestaron o se abstuvieron; y solamente dos países manifestaron estar a favor de la exclusión.

d) Discursos de los gobernantes neo-panamericanos y/o representantes

Frente a estas manifestaciones neo-latinoamericanistas, podemos citar algunas posturas de gobiernos conservadores-neoliberales. En primer lugar, el discurso del presidente de Guillermo Lasso de Ecuador, que nos recordó la importancia de lograr “una verdadera integración regional-continental” para “formar un sólido bloque económico” (Presidencia República del Ecuador, 10.06.2022). En segundo lugar, el discurso del presidente Abinader de República Dominicana que propuso:

Es momento en que todos los países de Américas trabajemos juntos buscando soluciones a nuestros problemas y que Estados Unidos ponga la mirada en la región y demuestre, una vez más, su compromiso con liderar el desarrollo social y económico de nuestro continente. Presidencia de la República Dominicana, 10.06.2022).

En tercer lugar, el discurso del presidente Jair Bolsonaro, muy orientado a mejorar las relaciones bilaterales entre Brasil y EE. UU (Gobierno de Brasil,10.06.2022). Y finalmente, tendremos presente el discurso de la vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez de Colombia, que realizó en la Reunión Ministerial del GRIC y que es una expresión nítida del gobierno del presidente saliente Iván Duque, un conservador-neoliberal:

¡Solamente cuando hay democracia, hay garantía del respeto a los derechos humanos y el derecho a las libertades de los ciudadanos! ¡Solamente cuando hay democracia hay transparencia en el uso de los recursos públicos, para el bienestar y el bien común! Por esa razón, el hemisferio necesita más OEA y no menos OEA. Necesitamos una OEA fortalecida y que garantice la aplicación de la Carta Democrática Interamericana que fue aprobada por todos nosotros en el año 2001 (Ministerio de Relaciones Exteriores, 08.06.2022).

De los discursos de los/as representante de los gobiernos conservadores-neoliberales, la intervención de la representante del gobierno saliente de Colombia es muy transparente: Carta Democrática Interamericana, OEA y más OEA y sistema interamericano.

No olvidamos la Reunión Biden-Bolsonaro en el marco de la IX Cumbre de las Américas. Bolsonaro expresó el deseo brasileño de seguir trabajando con EE. UU a favor de los valores democráticos en el hemisferio, en línea con los compromisos asumidos a nivel regional. Ambos mandatarios destacaron el papel de la cooperación entre Brasil y EE. UU en la búsqueda de soluciones a los desafíos como la seguridad alimentaria, la transición energética y el desarrollo sostenible. Además, resaltaron la importante cooperación bilateral para enfrentar la crisis sanitaria del Covid-19 y los esfuerzos conjuntos en el área humanitaria, especialmente en la recepción de refugiados (Gobierno de Brasil, 10.06.22).

e) Documentos aprobados en la Cumbre

Al final de la Cumbre fue firmado un documento central por 20 gobernantes de países de América: Declaración sobre Migración y Protección de Los Ángeles. En el documento se dice:

Prevemos cooperar estrechamente para facilitar una migración segura, ordenada, humana y regular y, conforme proceda, promover los regresos seguros y dignos, de forma coherente con la legislación nacional, el principio de no devolución y nuestras respectivas obligaciones en virtud del derecho internacional”. “Reconocemos que abordar la migración internacional irregular requiere un enfoque regional, y que los retos sanitarios, sociales y económicos actuales relacionados con la pandemia exacerban las causas fundamentales que impulsan la migración irregular, incluidas las vulnerabilidades de muchos migrantes y sus comunidades (La Casa Blanca, 10.06.2022).

El documento contempla cinco dominios de acción: 1. Promover la estabilidad y asistencia para las comunidades de destino, origen, tránsito y regreso. 2. Promover vías regulares de migración y protección internacional. 3. Promover una gestión humana de la migración. 4. Promover una respuesta de emergencia coordinada. 5. Enfoque común para reducir y gestionar la migración irregular (La Casa Blanca, 10.06.2022).

Además, las y los jefes de Estado y Gobierno de las Américas adoptaron un conjunto de documentos sobre temas importantes:

  • Plan de Acción Interamericano sobre Gobernanza Democrática

  • Plan de Acción sobre Salud y Resiliencia en las Américas

  • Nuestro Futuro Sostenible y Verde

  • Acelerando la Transición Justa Hacia la Energía Limpia, Sostenible y Renovable

  • Programa Regional para la Transformación Digital

Es relevante que, no apareciera ningún lado algún documento de política continental que abordara el tema central de la discrepancia antes y durante la Cumbre. Tampoco hubo un documento que tratara de la crisis geopolítica internacional provocada por la guerra en Ucrania y sus repercusiones en las Américas. Solamente se aprobó un documento sobre uno de los temas cruciales que afectan las relaciones interamericanas: la migración. Pero como es bien sabido, este problema si bien aqueja profundamente las situaciones internas de desarrollo y bienestar de ALC, es un problema que irrita y exaspera a los EE. UU; en consecuencia, quedó registrada la propuesta “Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas” del presidente Biden, que como lo hemos anotado es una versión renovada de la “Alianza para el Progreso”.

Conclusiones

El debate que tuvo lugar antes y durante la Cumbre sobre los países excluidos (Cuba, Venezuela y Nicaragua), no permitió la concreción de un consenso político continental sobre la concepción de “democracia” que practican Estados Unidos y sus aliados americanos. Además, esto permitió que los gobiernos progresistas de ALC criticaran el sistema interamericano vigente, a la OEA y su secretario general.

De esta manera se produjo un parte aguas entre los actores neopanamericanistas y los actores neo-latinoamericanistas en la Cumbre. Los primeros defendieron tal cual a este sistema interamericano y a la OEA. Los segundos criticaron seriamente a este sistema y su institución central, la OEA, y propusieron su transformación, como condición para mejorar las relaciones políticas y geopolíticas en el continente.

Los actores neo-latinoamericanistas, liderados por los gobiernos progresistas, participaron en la Cumbre estando muy bien posicionados en su región y en la CELAC, la cual se habría convertido en el bastión de la unidad, integración y autonomía de la región latinoamericana y caribeña.

Todo indica que se quedó en la carpeta de la diplomacia estadounidense el borrador que pretendía proponer el alineamiento geopolítico de toda ALC en apoyo del rol de EE. UU en Ucrania. Además de condenar a Rusia por su intervención armada en Ucrania. Es evidente que esto no fue posible debido al debate sobre la exclusión política de tres países y la división entre gobiernos neo-panamericanistas y gobiernos neo-latinoamericanistas. ALC se mostró neutral respecto de este problema internacional.

Por otro lado, al parecer también se quedó en el escritorio de la diplomacia de los Estados Unidos un borrador que se proponía explorar la posibilidad de una reedición del proyecto ALCA.

ALC en la Cumbre de las Américas se mostró independiente, soberana y autónoma y, en gran medida, gracias al rol destacado de los gobiernos progresistas.

Referencias
Historial:
  • » Recibido: 10/03/2022
  • » Aceptado: 02/08/2022
  • » : 22/12/2024» : 2023Jan-Jun